Ando de lleno buceando en el blog de Daniel Curbelo.
Su blog me transporta a la época de mi vida en la que me sumergí en la escuela de psicología transpersonal, La Escuela de Navegantes. Una escuela de la vieja tradición en la que aprendí a comprender que era esto de vivir, a fluir con la mente universal, con la conciencia cósmica y a hacer magia.
Sí, magia de verdad. Esa que va de aprender a expandir la conciencia a través del manejo apropiado de la energía.
Herramientas al alcance de todos son las que se utilizan en las escuelas de magia como en la que yo nací de nuevo: respiración, marchas de poder, contacto con naturaleza, silencio, meditación, danzas, sexualidad sagrada, ceremonias con plantas de poder…
Encontrarte con una escuela así es un privilegio, es algo que deberías aprovechar hasta el último momento.
¿Cómo se diferencian estas escuelas de lo demás?
- Fundamentalmente hay un guía vivo que posee el contacto con el mundo del espíritu. Este guía vivo posee en su corazón un tesoro espiritual, esto le faculta para convertirse en iniciador.
- Por que la enseñanza es de corazón a corazón, “I shin den shin” dicen los japoneses, de mi alma a tu alma. El lenguaje utilizado está más allá de la racionalidad, de la palabra escrita o hablada, de lo descriptivo. Eso que se comunica con la presencia, con el movimiento, con el símbolo, el signo, la mirada, el estar en compañía de lo sagrado.
Este lenguaje es el que permite la comprensión de los dos mundos: el tonal y el nagual, el visto y el no visto, el mundo físico y el mundo del espíritu.
La transmisión del conocimiento en estas escuelas va más allá del lenguaje común. Es continua vivencia, es continua presencia. Dicen que cuando uno se une con Dios/Diosa no necesita más palabras, el lenguaje de un guía apunta a esto, de ahí aquello de “el que sabe no habla”.
Y las respuestas están en el silencio, pero nos encantan las explicaciones, nos brindan seguridad y fortalecen nuestra necesidad de control y eso, amigas, es la muerte.
Pero bueno, eso Osho te lo cuenta mejor que yo. El apego a la seguridad te está matando.
Te dejo con él.
ARRIÉSGALO TODO
La vida necesita inmenso valor.
Los cobardes simplemente existen, no viven , porque toda su vida está basada en el miedo y la vida basada en el miedo es peor que la muerte.
Viven en una clase de paranoia, tienen miedo de todo y no solamente de cosas reales, sino también de cosas irreales. Le tienen miedo al infierno, a los fantasmas, a Dios.
Tienen miedo de mil y una cosas que ellos mismos u otros como ellos, se han imaginado.
Es tanto el miedo que vivir se hace imposible.
Sólo los valientes pueden vivir.
El primer paso para aprender, es el valor.
A pesar de todos los miedos, uno debe empezar a vivir.
¿Y por qué se necesita valor para vivir?
Pues porque la vida es inseguridad.
Si le das demasiada importancia a la seguridad, a la estabilidad, permanecerás confinado en un pequeño rincón, casi en una prisión fabricada por ti mismo.
Será segura, pero no tendrá vida.
Será segura pero no tendrá ni aventura, ni éxtasis.
¡La vida consiste en explorar, en ir hacia lo desconocido, en alcanzar las estrellas!
Sé valiente y sacrifícalo todo por la vida; nada vale más que ella.
No sacrifiques tu vida por pequeñas cosas: dinero, seguridad, estabilidad. Nada de eso tiene valor.
Uno tiene que vivir su propia vida tan totalmente como le sea posible; entonces, la alegría llega. Solamente entonces es posible una desbordante dicha.
Aquellos que quieren vivir realmente tienen que afrontar muchos riesgos. Tienen que adentrarse más y más en lo desconocido. Tienen que aprender una de las lecciones más fundamentales: que no existe hogar, que la vida es un peregrinaje sin principio ni fin. Sí, hay lugares donde puedes descansar, pero son simplemente para pasar la noche y a la mañana siguiente te tienes que ir de nuevo.
La vida es un continuo movimiento, nunca llega a ningún final. Por eso la vida es eterna.
La muerte tiene un principio y un fin. Pero no eres muerte, eres vida. Muerte es un concepto equivocado. La gente crea la muerte porque anhela seguridad. Es el deseo de seguridad y estabilidad lo que crea la muerte, lo que te hace temer a vida, lo que te hace tener miedo de ir hacia lo desconocido.
El único alimento de la vida es el riesgo. Cuanto más arriesgas, más vivo estás.
Y una vez que llegas a comprenderlo, no por desesperación, no por impotencia, sino por un estado de alerta meditativo, una vez que lo comprendas, te conmoverás ante la pura belleza de tus posibilidades.
El hombre puede aceptar esta falta de hogar debido a la desesperación; entonces, lo dicho pierde todo sentido.
Es aquí donde el existencialismo ha errado. Llega muy cerca, está muy cerca: la verdad se quedó justo a la vuelta de la esquina. Estaban tan cerca como cualquier Buda, pero se lo perdieron.
En vez de colmarse de bendiciones, se volvieron muy, muy tristes, porque no encontraron sentido a la vida, porque no descubrieron su por qué no existe seguridad. Se desalentaron. Fue muy frustrante.
Los Budas han llegado también a la misma conclusión, pero en vez de volverse tristes, han dado un salto hacia lo desconocido. Han sobrepasado todas las fronteras. Han aceptado la vida tal como es.
Aceptaron que ésa es la misma naturaleza de la vida; no existe ningún motivo para sentirse frustrado y entendieron que es bellísimo que la vida sea insegura, porque es así como existe la posibilidad de explorar, la posibilidad de inventar; entonces, existe la posibilidad de cruzarse con lo nuevo, entonces se hacen posibles las sorpresas.
Si todo fuera seguro, certero, garantizado, predestinado, no habría ni emoción, ni danza.
No te doy una meta, ni tan siquiera un sentido de orientación. Simplemente te hago consciente de la realidad de la vida: qué es, cómo es. Entra en armonía con ella, síguela, sin deseos personales, privados, ni ideas de cómo debe ser. Déjala ser tal como es y relájate.
Te sientes muy apegado a la seguridad. Y demasiado apego a la seguridad, mata porque la vida es insegura. ¡Es así! No se puede hacer nada, nadie puede hacerla segura. Todas las seguridades son falsas.
Toda seguridad es imaginaria. Una mujer te ama hoy, ¿quién sabe si te amará mañana? ¿Cómo puedes asegurarte el mañana? Quizás puedes ir al juzgado y crear un vínculo legal para que siga siendo tu mujer también el día de mañana.
Quizás siga siendo tu mujer a causa de los vínculos legales, pero el amor puede desaparecer. El amor no conoce legalidad. Y cuando el amor desaparece y la mujer sigue siendo la mujer y el marido el marido, entonces hay muerte entre ellos.
A causa de la seguridad creamos el matrimonio.
A causa de la seguridad creamos la sociedad.
A causa de la seguridad nos movemos siempre por el sendero marcado.
La vida es salvaje.
El amor es salvaje.
Y Dios/Diosa es absolutamente salvaje. Nunca vendrá a tus jardines, son demasiado humanos. No vendrá a tus casas, son demasiado pequeñas. No te lo encontrarás nunca en tus senderos trazados. El/Ella es salvaje.
Recuerda la vida es salvaje.
Osho
Hoy al leer a Osho, he echado mucho de menos aquellos años intensos que viví junto al guía, a mi maestro iniciador… y es que los años han pasado y de nuevo una se rehace y sin apenas darse cuenta se agarra a lo que no es y pretende que su vida sea segura.
Y yo quiero vivir una vida salvaje y ¿tú?
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La vida es insegura.
La vida es eterna.
La vida es riesgo.
La vida es salvaje.
Bellísimo que …
La vida sea insegura.
«El que sabe no habla». Inspira.
Towanda.
¡¡¡La vida es para vivirla!!! Si es a tope mejor 🙂
Besazo