Hoy he acudido a una reunión sobre conciliación convocada por el ayuntamiento de mi localidad.
Un ayuntamiento en vías de desarrollar un programa de conciliación. Un ayuntamiento con ganas, con deseos de hacer visibles a las mujeres de su localidad, de todas las edades, visibles en todos los ámbitos pero sobre todo el laboral.
Un ayuntamiento con la intención de ponernos fuera de casa para que seamos productivas y sacarnos de dentro y dejemos de cuidar.
Ese es el discurso, es lo que hay y es lo que había ya hace 14 años.
En nuestra sociedad sigue siendo primordial producir, producir, producir… y lo queremos tamizar con que es importante visibilizar a las mujeres.
No digo yo que no sea importante, ¡desde luego que lo es! Pero mucho me temo que esta forma obsoleta de conciliación no da respuesta a lo que realmente necesitan, vamos a decir, algunas mujeres.
Os invito a reflexionar ¿a costa de qué o de quién estamos «conciliando»?
En esta reunión, que era para pedirnos opinión y contar con las necesidades de las mujeres, he oído cosas como ampliar los recursos sociales de «conciliación» para familias con bebés de 0 a 2 años. Recursos que tienen que ver siempre con separar al bebé de su madre…
¿Es que no tenemos más imaginación? ¿Es que nos es imposible siquiera plantear el discurso desde otro lugar que no perjudique siempre al mismo?
¡Dios… al menos soñémoslo, dejémoslo escrito aunque luego no nos hagan caso!
Luchamos, siempre la misma palabra, luchar. Luchamos por hacer visibles las necesidades de las mujeres: su trabajo, su espacio, su tiempo, su ocio…
Pero en esa lucha hemos olvidado a los más débiles: NUESTROS HIJOS.
Pisamos descaradamente sus necesidades más genuinas, imprescindibles para su desarrollo armónico y feliz.
Porque un bebé de 0 a 2 años lo único que necesita es un cuerpo de madre.
Encontrar recursos que me separen de mi bebé para poder llevar a cabo mi trabajo, perdonadme, pero eso NO ES CONCILIAR. Y no me cansaré de repetirlo, eso es una disyunción en toda regla o trabajo o cuido de mi retoño… lo veis, es una «o» ¿dónde está aquí la conciliación?
Estoy cansada de tanta mentira.
Seguimos perpetuando las formas y las maneras abusivas patriarcales donde mis necesidades priman sobre las necesidades del otro sobre todas las cosas y al precio que sea. El poderoso abusa del que no tiene poder.
Luchamos por no ser invisibles y para ello hacemos invisibles a nuestros hijos.
Y luego nos alarmamos por la delincuencia juvenil, por la enorme tasa de fracaso escolar, por los problemas de atención de los niños, por sus rabietas o malos comportamientos… los pobres ya no saben como llamar nuestra atención… ¿¡cómo nos lo tienen que gritar!? ¿Acaso nuestra sordera y nuestra ceguera es total ? ¿o acaso preferimos tomar el camino menos complicado y obviar las necesidades de nuestra prole?
Sé de lo que hablo. Embarcarse en un proyecto profesional que te permita realmente atender a tus pequeños mientras te realizas laboralmente no es lo fácil… y a todas no les merece la pena… porque hay que renunciar a mucho, al tren de vida que hemos querido comprar y que ahora difícilmente podemos soltar a no ser que te líes la manta, te empoderes y realmente te creas que puedes y que merece la pena.
Y es cierto no todo es dejar el trabajo, eso no es válido para todas. Pero si nos preguntan medidas para mejorar, ¡por favor! atrevámosnos a pedir una situación win, win, win en la que todos ganen. Basta de guarderías, aulas matinales, ludotecas de tarde… esforcémosnos por encontrar la mejor solución, la óptima para todos.
Sueño con un día en el que lo importante sean los cuidados y el amor entre hombres y mujeres, entre adultos, niños y niñas.
Sueño con un día en que podamos producir con horarios flexibles y que lo que cuenten sean los objetivos cubiertos no las horas inefectivas.
Sueño con un día en que se pueda trabajar desde casa, desde el parque, desde cualquier lugar del mundo, sin necesidad de oficinas, despachos, horarios… sin necesidad de aparcar a nuestros hijos desde tan pequeños.
Sueño con dejar de pelear para vivir.
Si tu pudieras soñar… ¿qué te atreverías a pedir?
- El Juego de la Vida - 15 junio, 2022
- ¿Quieres que te diga cómo celebrar Beltane? - 2 mayo, 2022
- En medio de la oscuridad…la luz - 21 diciembre, 2021
Bravo! M Jose
Otra vez escribes lo que pienso…
Conciliar trabajo con familia, no es aparcar al bebe para poder producir para beneficio de otros. Por que siempre es para otros, no me digáis que se paga con dinero las horas que nos pasamos sin ell@s y ell@s sin nosotras.
Yo también estoy harta de mentiras.