Estamos pasando por los días más oscuros del año. Es la época oscura de la rueda, del ciclo anual.
La diosa y por tanto nuestra feminidad se hace presente en los tres aspectos luminosos de la luna (creciente, llena y menguante) dando lugar al crecimiento, la fructificación y el posterior deterioro que refleja tanto el ciclo de las estaciones como el de la vida humana, como hemos ido viendo a lo largo de estos meses.
Si te interesa esta relación entre los ciclos y los ritmos de la naturaleza y las diferentes caras de la feminidad, te invito a suscribirte aquí abajo. En breve comenzaremos la III Edición de este programa.
LAS DIFERENTES CARAS DE LA FEMINIDAD danzando con la Madre Tierra
Programa online sobre feminidad, corporalidad, ciclos y diosas

Dibujo encontrado en Hijas de Gaia
¿Tu estás dispuesta?
Pero ahora el ciclo llega a su recorrido final. Ante nosotras desaparecen las caras luminosas de la vida, de la luna, de las estaciones y entramos de lleno en la cara oculta y oscura del año.
En estos últimos días otoñales nos toca conocer y despertar a la diosa invisible, la que reina al final del otoño y en la fase oscura de la luna, en cada luna nueva.
Es la diosa de la oscuridad, de lo impalpable, de lo invisible.
Su hogar es el útero, la fuente inagotable de vida que no se puede ver.
Se le suele tener miedo a esta cara oscura de la feminidad, no es algo fácil de atravesar para nosotras ya que nadie nos ha enseñado, es más, nuestra cara oculta ha sido vilipendiada y perseguida por los siglos…aún hoy las brujas siguen siendo horrendas y condenadas.
Cualquiera es la valiente que se atreve a meterse ahí de lleno ¿no crees?
Sin embargo, lo paradójico es que es precisamente en este aspecto de la feminidad que se encuentra la fuente de la vitalidad y todo nuestro potencial.
No es de extrañar que las mujeres andemos replegadas, sumisas o sometidas, apáticas… nos han enseñado a temer a nuestra fase más oscura, huimos de ella como si de algo monstruoso se tratara perdiéndonos con ello reconocer nuestra fuerza vital, nuestro potencial, ni nuestro yo soy completo y femenino.
Es más, las caras luminosas de nuestra feminidad no se pueden ver ni percibir tal cual son, con todo su resplandor si no es en relación a nuestra cara oscura.
Es tiempo de reconocer en nosotras a la acogedora madre de la muerte y darle lugar en nuestra vida.
Es el momento de abrazar la oscuridad, de volver al útero.
Te invito a reflexionar.
¿Has estado demasiado ocupada, demasiado estresada como para dedicarte los momentos de oscuridad que necesitas para nutrirte?
¿Es la oscuridad un concepto demasiado temible para ti, tanto como para dejarlo a un lado, como para ignorarlo?
¿Has dispuesto tu vida de una forma tan perfecta que no has dejado espacio para otras posibilidades?
Son tiempos de renovación, de borrón y cuenta nueva, tiempos en los que hay que dejarse barrer.
Quizás te encuentres en medio del cambio o de la oscuridad y tengas problemas para aceptarlos.
La resistencia al cambio hace que el cambio se haga más insistente, mientras que si optas por danzar con él, terminaréis fluyendo conjuntamente.
Deja que te perturbe y prepárate para el crecimiento.
Entra a fondo en la caótica danza de la oscuridad y recibirás la bendición de sus infinitas posibilidades.
Es hora de cavar en la tierra oscura para poder plantar algo, la oscuridad trae siempre lo que necesitas para tu sendero vital.
Se trata de regresar al originario útero universal (como hace la semilla bajo la tierra) para volver a renacer, para permitir el cambio y la transformación.
Palabras clave para los días más oscuros del año: oscuridad, Hécate, semilla, Perséfone, útero, invierno, unidad, potencial, tierra, cueva, antorcha, tumba, lechuza, luna nueva, sabiduría, renovación, gestación…
Puedes leer más sobre esta oscuridad necesaria en esta entrada.
EJERCICIO PARA ENTRAR EN CONTACTO CON LA OSCURIDAD.-
Siéntate o recuéstate en un ambiente tranquilo y oscuro y deja que tus ojos se acostumbren a la falta de luz.
Siéntete segura y a salvo entre la reconfortante y protectora calidez de la oscuridad.
En ella eres capaz de olvidar.
La oscuridad de todas las cosas y la de tu propio interior te circundan; ábrete a ellas.
El miedo no existe, sólo la aceptación, el amor, el recogimiento y la reconciliación.
Sobre ti ves la oscuridad del espacio.
Acepta la oscuridad de tu interior, no como un aspecto malo sino como un manantial de renovación y transformación.
La oscuridad es el origen de todos los seres, el potencial del útero: la fuente que te dio la vida y a la que regresarás.
Ejercicio extraido del libro de Luna Roja de Miranda Gray
Cuéntame cómo te has sentido en el abrazo a la oscuridad. Si bien te digo que si has tenido desasosiego es sólo cuestión de entrenarse… es normal sentirnos perdidas e incómodas al principio. Pronto encontrarás los beneficios.
Sólo desde la oscuridad y el silencio puede brotar la vida… si estás dispuesta a comprobarlo, ya sabes suscríbete ahora para recibir toda la información cuando la rueda comience su giro de nuevo 🙂
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Dibujo encontrado en Hijas de Gaia
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