
Recuerda que el diario del retiro de vipassana comienza en un post anterior. Puedes acceder pinchando aquí.
DÍA 7.
3 de enero
Otra vez pesadillas horribles. Padres que masturban a sus hijas. Es alucinante porque yo nunca nunca recuerdo mis sueños y en estos días son tan vívidos... Me he despertado fatal. Estoy de mala leche. Quiero regresar ya (qué novedad).
Durante las meditaciones de hoy, sigue siendo imposible para mi repasar las sensaciones del cuerpo, he diseñado un curso mentalmente... wowww ha sido la mar de productivo... tengo que plasmarlo por escrito antes de que me olvide 🙂
También he tenido muchos pensamientos relacionados con mi infancia y con la familia de mi padre, mis primos y nuestros juegos de pequeña.
A lo largo del día me voy sintiendo ligera de cuerpo, la postura ya no me agobia tanto, ni me duele el cuello o las piernas. Quizás la alimentación esté haciendo su efecto, o quién sabe, si al final el intento de hacer Vipassana aunque sea reaccionando tenga algo que ver.
DÍA 8.
4 de enero
He vuelto a soñar a carcajadas.
A las 4'00h me incorporo para seguir dormitando sentada en la cama.
Lo de ayer fue una ilusión o anicca jajajaja, compruebo que todo surge para desaparecer una vez más. El lumbago empieza a quejarse... a ver qué tal paso el día: me duelen las piernas de la postura fácil (quién la pondría el nombre) y el cuello de estirar desde la coronilla.
Los bochornos o sofocos (no sé si te he contado que estoy en viaje hacia la menopausia) en medio de las meditaciones me matan, sobre todo en las horas de firme determinación de no movernos, porque comienzo forrada de mantas (hace frío) y cuando aparece un sofoco el sudor empieza a recorrer mi nuca, mis axilas, mi canalillo... y siento como si cien mil hormigas recorrieran mi cuerpo... me cago entonces en el Goenka, en su firme determinación y en que seguro que ni él ni Budha pasaron bochornos jajajja.
Así que aunque intento aguantar en la postura, la mayoría de las veces me muevo para liberarme de capas de mantas ... hasta que el sudor se enfría en el cuerpo y empiezo a sentir mucho frío... ¡qué odisea!
Vamos, que acumulo Sankaras por un tubo y según el Budha eso es desdicha y más desdicha.
Cuando aprendes a no generar shankaras, es decir cuando puedes permanecer en observación neutral sabiendo y comprendiendo que todo aparece para desaparecer, entonces pueden aparecer los shankaras del pasado para ser limpiados. Cuando limpias todos tus Shankaras alcanzas la liberación del sufrimiento...

Me queda claro que soy una reaccionaria nata. Y que yo generaba shankaras a cada instante... aquello era contraproducente para mí.
Echaba de menos salvajemente escribir, ganchillear, leer, mis pinceles... con cualquiera de esas cosas hubiese aguantado muchíiisimo allí, pero eso era alimentarse del exterior.
Enorme lección la que estaba recibiendo.
Hoy, al salir en el descanso al jardín, comencé a percibir realmente el lugar, el jardín, el paradisíaco entorno en el que me encontraba. Esa tarde el cielo nos regaló un inmenso atardecer rojizo y anaranjado que me hizo quedar sin aliento.

Había permanecido 8 días allí y me había sentido presa, el jardín me había parecido la rueda del hamster en su jaula y hoy el atardecer me hizo despertar.
Sin embargo, enseguida sonó el gong llamando a la meditación y me dió rabia. La sala con ventanas pequeñas en las que apenas entraban unos rayos de sol eran herméticamente cerradas para alimentarnos solo de una tenue luz artificial.
Jolín con el Budha.
DÍA 9.
5 de enero
La cabeza va a su p... bola. Que no, que no me obedece. Ni siquiera un instante se pone a escanear el cuerpo para sentir las sensaciones. Es indomable. ¡Qué barbaridad!
Tengo un enfado descomunal conmigo misma por no poder hacer ese clic y dejar de luchar con el presente, con la realidad de este momento que además sé que es algo pasajero, algo de lo que voy a salir. Sólo quedaban dos días y no lo conseguía ¿cómo es posible?
El Budha nos seguía hablando de desdicha (desdicha era lo que yo tenía, le iba a terminar creyendo, ya verás, me iba a convencer finalmente) y comprendí, ___ he aquí mi teoría___ que si aplicamos la ley del espejo, Él fue un auténtico desdichado ya que sólo puedes ver fuera de ti lo que tienes dentro.
De hecho, dicen que el Buddha se murió deseando no desear... o sea, shankaras por un tubo 🙂 ¿Qué te parece? A mi me parece una teoría muy válida, en serio, tendría que hacérselo mirar 🙂
Dicen que el Bhuda murió
deseando no desear
Se me acababan los pensamientos con los que poder surfear y divagar por la mente... notaba que me quedaba vacía, sin tener donde agarrame, ya ni siquiera un triste pensamiento... era normal, no había demasiado alimento para ella.
No hablar con nadie, no mirar ni ser mirado, no leer, no tocar… te iba dejando sin tablas de surf para navegar de pensamiento en pensamiento.
Y no, esta ausencia de pensamientos no suponía el nirvana para mí, ni mucho menos.
Y llegó el gran momento del retiro del Vipassana. El momento en el que iba a sentir una exquisita paz y me mente se iba a calmar llena de éxtasis.
Dice el Budha que la vida está llena de desdicha (creo que ya te lo he dicho jajajaja, él también era muy pesado) pero yo creo que la vida está llena de decisiones y en ese momento tomé una gran decisión:
- cogí mi aguja de ganchillo y mi lana que por supuesto llevaba en mi maleta y que nadie me había pedido. Y en la hora de meditar en la cama me puse a tejer.
Oh Dios, entendí completamente que es una adicción... esa sensación de paz, de serenidad, de mente callada…
Como explicaba el Budha, la adicción no es a la droga, o en este caso al ganchillo, la adicción es a la sensación que ello te produce.

Sí, lo reconozco, soy una adicta a la sensación de descanso y serenidad que me produce hacer cosas con las manos, por ejemplo.
Ni imaginas con qué paz pude afrontar el resto del día.
Sólo puedìan pasar tres cosas:
1. que no me pillen
2. que me pillen y no digan nada
3. que me pillen y me echen. ¡Que ni tan mal! Eso es lo que tenía que haber hecho ya… irme.
Me dí cuenta de que era víspera de los reyes magos. De nuevo pensé en mis niños y en la noche mágica, sus ojos brillantes llenos de ilusión y magia.
Me acosté tristona pero mañana, mañana era el último día 🙂 y además se levantaba el noble silencio wowwww ¿cómo sería interactuar con mis compis?
DÍA 10.
6 de enero
Es la mañana de Reyes. No habían dejado nada a los pies de nuestras literas. El desayuno no fue especial.
Pero esa mañana podríamos hablar, ahora me daba algo de verguenza, y además era el último día... podría tomármelo como un buen regalo de Reyes.
Fui al baño y encontré a dos compis hablando amigablemente. Yo les sonreí y les dije un tímido "buenos días... por fín".
Después de la meditación, llegué al desayuno, recuerda, a las 6'00h y entré con fuerza en el comedor casi gritando un buenos días para todas.
Me las encontré comos siempre, en fila silenciosa para ir recogiendo el alimento. Me señalaron un cartelito que ponía que el noble silencio se levantaría a las 10h, después de la meditación de las 9'ooh.
¡No me lo podía creer!
En la meditación de la mañana, S.N. Goenka nos advirtió que ahora volveríamos a alimentar nuestra mente con la charla con los demás y que eso haría que ya no meditáramos con seriedad.
Nos instó a seguir practicando en casa, una hora en la mañana y otra en la tarde, que el entrenamiento en Vipassana nos haría conscientes de nuestra respiración y también de lo que ocurre en nuestro interior.
Sea lo que sea, respiración o sensación, aprendemos a observar sin desequilibrar la mente. Dejamos de reaccionar y de multiplicar nuestra desdicha. Y aprendemos a dejar que las impurezas se manifiesten y así puedan desaparecer.
Las negatividades se disuelven más rápidamente cuanto más se practica vipassana, nos dijo Goenka. Poco a poco (de eso doy fe, poc a poco jajajaj) la mente se libera de las contaminaciones y se hace pura.
Una mente pura siempre está llena de amor, amor desinteresado hacia los demás, llena de compasión hacia los sufrimientos propios y de los demás, llena de alegría al sentir los propios triunfos y los de los demás, llena de ecuanimidad ante cualquier situación.

Una mente equilibrada no sólo está llena de paz, sino que impregna el ambiente que la rodea de paz y armonía y esto empieza a afectar a los demás.
Al aprender a mantenernos equilibrados, hacemos frente a lo que experimentamos en nuestro interior y desarrollamos desapego hacia todas las situaciones externas que nos encontramos.
Ese desapego no es escapismo, ni indiferencia. Quienes practican vipassana con regularidad son seres muy sensibles y solidarios con ellos mismos y los demás....
Además ese día Goenka nos enseño a hacer Meta. Cinco minutos después de practicar Vipassana impregnaríamos nuestra mente y nuestro cuerpo de pensamientos y de sensaciones de buena voluntad hacia todos los seres.
Reconozco que cuando he conseguido hacer Meta ha sido un experiencia muy muy agradable, con el pecho lleno de calor y vibración. Muy emotivo, hasta el punto de hacerme llorar de emoción.
Y llegaron las 10 :), salimos de la sala de meditación, donde siempre mantendríamos el silencio y nos miramos por primera vez a los ojos y con la posibilidad de hablar.
Creo que a todas nos costó romper el hielo... pero una vez sucedió, fue maravilloso contactar con las personas, sus lindos proyectos.
Pregunta obligada que me hicieron es que si era budista (veasé mi cabeza rapada). No me quedaba otra que sonreír, carcajearme y contar lo mal que lo había pasado.
El día pasó volando y desde luego que Goenka tenía razón. Las meditaciones de este día fueron muy muy livianas porque ahora la cabeza se había nutrido de nuevo de nuevas caras, nuevas ideas, nuevos pensamientos por los que divagar.
Al día siguiente...
Al día siguiente, nos dispusimos a limpiar las estancias para salir temprano de allí. Era un día oscuro, de hecho cayó una buena tormenta con rayos y truenos incluidos, justo antes de salir.... pero fue maravilloso 🙂
En el aeropuerto todo me parecía nuevo, lleno de vida, de colores... me sentía como una niña en una feria... me sentía en casa.. y en el café de esa mañana allí mismo, me encontré con esta frase en mi azucarillo.

Aunque yo cambiaría en donde dice ruido para apreciar el silencio.... por silencio para apreciar el ruido.... y allí iba de cabeza a sumergirme feliz en mi hogar lleno de ruido y cosas por hacer.
FIN
- Peregrinando hacia Santiago. Diario (XI) - 7 junio, 2023
- Peregrinando hacia Santiago. Diario (X) - 5 junio, 2023
- Peregrinando hacia Santiago. Diario (IX) - 1 junio, 2023
jajaja vaya tela! He recordado el cautiverio de Ortega Lara en aquel zulo de ETA inclusive… Buenísima narración. Me pensaré dos veces lo de «hacer» el Vipassana
Ohhh no Javier… eso hay que probarlo al menos una vez en la vida 🙂
Cada cabeza es un mundo y te aseguro que hay gente que disfruta y se extasia, en serio.
Y si no, pues descubres montones de cosas sobre ti como a mi me ha pasado.
Un abrazo
Cuánto me he reído con tu forma de contar tu experiencia ?
Me veo súper reflejada en algunas cosas… en los enfados y la frustración y en lo de ser una reaccionaria jajaja ?
Pero para mi por ejemplo mi cabeza no se vació jamás de pensamientos… jamás ? no paraba joder que capacidad de charlatanería interna y aún así si conseguí un par de meditaciones completas en las que algo maravilloso y muy difícil de explicar con palabras sucedió en mi…
Yo he repetido de echo y la segunda no fue más fácil que la primera jajaja ? pero sinceramente yo quiero más y a veces fantaseo con irme a India y hacer uno de 30 días ?
Llegará ?
Un abrazo y gracias por compartir
Ayyy Esther…. ese retiro a India molaría un montonazo… no sé si entero de vipassana jajajaja me da miedo.
Te quiero mucho… besos