Hoy traigo un post de agradecimiento.
Hoy agradezco públicamente a dos mujeres con nombres propios que me hayan recordado que hace tiempo tenía un sueño.
Que quiero un mundo mejor y diferente para mi y para mis hijos… porque si, reconozco que me estaba olvidando, reconozco que me estaba conformando.
Una es Carolina Bescansa. Ella no me conoce. No hace falta.
Que con su descarado atrevimiento de llevar a su bebé al Congreso despertó mi atención y un no se qué que comprendí después, con las palabras de otra mujer.
Bescansa ha puesto el debate maternal y de los cuidados en general sobre la mesa. En mi círculo de facebook y mi blogosfera no se habla de otra cosa.
Siempre hablamos de ello, es cierto, pero no hacía ruido, no el suficiente.
Y de repente aparece una mujer que se atreve, que tiene la posibilidad y que con sus dos ovarios y sus tetas para amamantar, aún siendo millonaria, aún teniendo medios, niñeras y guardería en el mismísmo congreso decide ejercer su libertad, cosa que escandaliza a muchxs, y presentarse con su bebé.
Pero aún nos queda mucho para entender qué significa eso de LIBERTAD. También en maternidad nos queda un rato… a poco que nos descuidemos nos volvemos tan dogmáticas como el que más.
Libertad es tener todos los recursos a tu disposición y hacer uso de ellos si te da la gana o no. No es libre quien no tiene recursos u opciones y tampoco lo es la que por tenerlos tiene que usarlos por narices. No sé si me explico.
Postureo político han dicho. Me da igual. Postureo más que necesiario, digo yo y decimos otras muchas.
Con Carolina he descubierto cosas muy interesantes:
- Que hay más guerra entre mujeres que guerra entre los sexos.
Nos falta mucho para respetar nuestras diferencias. Y tenemos envidia, mucha envidia. Somos crueles. «Si yo no he podido, que ella tampoco pueda».
Los bebés siempre despiertan una herida muy muy antigua a las mujeres. No la tenemos reconocida ni consciente, así que sale en forma de rabia, dolor, intolerancia, insulto… Por eso es tan importante trabajarse un poquito la niña interior.
Tenemos que ser capaces de mirar para adentro con honestidad y mirar el dolor que provocan las heridas que dejan nuestras decisiones.
Este lío de palabras que me ha salido no es más que aceptar y asumir con amor lo que cada una decide para si, su vida y sus circunstancias. Cuando yo me amo y acepto que mis decisiones son, con la consciencia que tengo, las mejores que podía tomar… entonces soy capaz de aceptar las decisiones y las formas de otros, aunque difieran de las mías.
2. Que hay un feminismo obsoleto y trasnochado que tuvo su tiempo y fue muy necesario pero que ahora ha de dejar paso a lo siguiente… que no sé cómo se llamará.
Ese feminismo tiene que empezar a confiar en las mujeres.
Las mujeres estamos despertando… ya hay muchas despiertas, de hecho. Dueñas de sus cuerpos, de sus vidas y con dos ovarios para tomar sus propias decisiones fuera de los dogmas, las militancias o lo que pareciera que es paritario.
Las mujeres deciden y se hacen responsables de sus decisiones. Te recomiendo leer la carta de Mónica de Felipe.
Las mujeres pueden decidir quedarse en casa para cuidar a sus hijos simplemente porque quieren.
Las mujeres no queremos estar supeditadas a lo uno o lo otro, ni al 50% de corresponsabilidad… las mujeres queremos poder ejercer nuestra libertad de elegir para el lado que sea.
3. He aprendido que hay mujeres (en esto he visto más mujeres que hombres) que son capaces de aplaudir un acto, un gesto de alguién «a pesar» de ser de un partido político que no le gusta.
Pues si, es algo que me ha sorprendido muy gratamente. Son gestos que hablan por sí solos de las personas… ¡me encantan ese tipo de personas! y me gusta rodearme de ellas. Gracias Ileana por Una teta en el Congreso.
Porque, y vuelvo a la mira interior honesta, ¿cuántas de todas esas críticas que he leído en estos días no tienen que ver con la afinidad o no a su partido político?
4. Que, en general somos imbéciles o estamos ciegos.
Porque sí, porque nos casamos tanto con nuestro maldito partido político que defendemos lo indefendible.
Molestándonos más un bebé en el hemiciclo que que un corrupto nos represente. Algo que directamente debería estar prohibido por ley.
Molestándonos más una madre con su hijo en el lugar de trabajo que un lugar de trabajo no adaptado a todas las personas. Olé por ti, Virginia Felipe y por tu juramento.
5. Que las mujeres tenemos miedo.
He llegado a leer estos días que si Bescansa se lleva al niño al Congreso los empresarios no querrán contratarnos vaya a ser que aparezcamos con nuestros hijos también en nuestro trabajo.
Este miedo me entristece profundamente.
Y también he leído a empresarias decir que no quieren que las madres vayan al trabajo con sus hijos.
Miedo, miedo por todas partes.
El miedo es sintomático de una sociedad violenta.
«Obligar a una mujer a elegir entre su maternidad o su sustento es violencia de género. La baja maternal de 16 semanas es violencia de género. Imponer un tipo de maternidad es violencia de género. Inmiscuirse en asuntos como la lactancia de una mujer es violencia de género.» Irene García Perulero
No lo vemos compatible ¿y sabéis por qué? porque no lo es. Con esta organización del sistema, no lo es.
Es muy simple… TODO EL SISTEMA ESTÁ MONTADO A RITMO DE HOMBRES.
El mundo todavía no anda a ritmo de mujer, a ritmo de ciclo menstrual, a ritmo de maternidad…
El mundo aún no huele a sangre de vida, ni a leche de mamífera, ni a mocos verdes… bueno quizás a eso un poco 🙂
Cierra los ojos e imagina que de pronto, todo el sistema se ablanda, la energía ying toma protagonismo, y hacemos que la vida sea más slow y aparentemente menos productiva.
Ya os he dicho que estas dos me han recordado que hace mucho tiempo tenía un sueño.
Y ahora es cuando os presento a la otra mujer.
Dos. Ella es Alba Pradas. No la conozco pero nos hemos puesto en contacto por facebook.
Su texto, primero me erizó los pelos, después aceleró mi corazón y por último me llevó entre lágrimas a ese lugar en el que yo he estado ya y apenas recuerdo.
Y esto es lo que ha escrito:
«Como acción que visibiliza me gusta, me encanta que las feministas del poder se pongan eléctricas con eso de que dónde está el padre, que a ver si será que esto de criar es cosas de madres «solamente», que atraso.
Eso me encanta, me encanta que sea la madre (o quien haga de madre) la que cuida al margen del discurso de la corresponsabilidad y el maldito cuidar en pareja al 50% que es una falacia de la patronal.
Me encanta al punto de morirme de emoción que tenga guardería y pase de usarla.
Me encanta ese desprecio a la institucionalización del cuidado y ver a la Chacón ofendida porque ella dio teta tres meses en la guardería del congreso, renunciando a su baja de maternidad, la esquirola indignada.
Todo eso me encanta.
¿Entonces?
Pues lo que no me gusta es esa visibilización pacífica, innocua, que es como la regla, algo que no huele, que no mancha, no salpica hasta el punto que es como si nada.
Que es tan «como si nada» que el mundo puede seguir que aquí estamos, discretas, sentaditas, sangrando, conciliando.
Yo quiero una irrupción salvaje.
Quiero que se callen todos los diputados cuando esa madre se ponga a cantar una nana.
Que apaguen la luz cuando el pequeño se duerma.
Que cuando el crío quiera movimiento, salgan todos a pasear al parque y discutan allí, callando cada vez que el bebé les interrumpa.
Quiero ver esa presencia mamífera y brutal, que no cabe en un escaño.
Porque esa es mi lucha.
La crianza ingobernable irreconciliable.
Incompatible con las dinámicas antihumanas del sistema.
Era eso.
Si lo vuelve a hacer, quiero estar allí, con mi hija.
Traeremos los patines, las témperas y algo para picar.
Vendremos con amigas, vendremos todas.
Y pondremos la crianza tan en el centro del debate que no quedara espacio para los diputados.
Pero podrán irse a tender los pañales de tela, barrer el baño y preparar la cena para cuando nosotras, todas nosotras, volvamos a casa.
Si hay algo a conciliar, que se lo concilien ellos y salgan del medio de una puta vez.
Que no pedimos nada porque lo queremos todo.»
G R A C I A S Alba.
Imagino que un mundo así es posible… llámame loca… pero yo he estado ahí y podíamos y éramos felices… ellos, nuestros hombres, también, y todo marchaba como tiene que marchar respetando lo más importante, EL CUIDADO DE LA ESPECIE… haciendo hombres y mujeres de un futuro consciente y lleno de amor.
Descubre quien eres realmente. Procúrate una mirada interior sincera y honesta para poder sacudirte el miedo que te hace mentirte. Sólo así podrás tomar tu poder y desde ahí ser libre.
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