Anoche me acosté a las 3 de la mañana divagando y filosofando con mi pareja sobre lo que era vivir en la abundancia.
Para él, abundante es el que no necesita, para mi abundante es el que siente que todas sus necesidades están cubiertas. Tras un rato de divagaciones, llegamos a la conclusión de que nos referíamos a lo mismo. Aunque yo sigo prefiriendo decirlo a mi manera, me resuena más abundante 🙂
En lo que sí estamos de acuerdo es que sólo cuando estás en presencia de lo divino, que sólo cuando estás viviendo desde tu ser, eres realmente abundante. La Vida es abundancia, Dios es abundancia… cuando vives en Dios es cuando vives en la abundancia.
Hay un pasaje en la Biblia que dice:
» No os preocupéis por las cosas que habéis de comer o con qué os vestiréis, (…) Mirad los lirios del campo y los pájaros en el cielo, que ni en verdad Salomón con toda su gloria, (…) porque es el placer de Dios daros estas cosas»
Nosotros tenemos esa creencia, nos gusta pensar así. Pero el ego divaga y divaga y se crece divagando.
El caso es que comentábamos nuestra situación económica que siempre flojea muchísimo en los meses de verano y queríamos saber que nos sucede en nuestro interior en relación a la abundancia.
Obviamente, llegamos a la conclusión de que no vivimos en presencia de Dios, no vivimos en nuestro ser, simplemente no vivimos…
No cuentan los cursos vendidos en invierno o sus programas de yoga. No cuentan porque dependemos de ellos y si no los tenemos no nos sentimos abundantes… eso es cuestión del ego que nos hace creer que si todo va bien es que somos abundantes. Pero si imaginamos que por un momento no tenemos eso que nos hace sentir abundantes, entonces se nos disparan los pensamientos de escasez, de no ser válidos, de ser menos, de pasarlo mal… Es señal evidente de que estamos vendidos a los resultados y nos sentimos mejor o peor dependiendo de ellos.
Eso no es abundancia.
Y ahí estamos, en el trabajo personal de mirar en nuestro interior y de entender que todo lo que vemos fuera (incluyendo el dinero) sólo habla de nosotros, de nuestro inconsciente, de lo que no conocemos de nosotros mismos. Pensamos que ese puede ser el camino para, por fin, alcanzar nuestra Fuente, nuestro Ser y poder vivir como anhelamos.
De nuevo me refiero a Jeff Foster para explicar con sus hermosas palabras cómo es que nosotros anhelamos vivir.
CÓMO VIVIR EN LA ABUNDANCIA
«De nuevo os digo,
es más fácil para un camello
pasar por el ojo de una aguja,
que para un rico
entrar en el Reino de los Cielos.»
– Jesús¿Qué es la abundancia?
¿Es acaso tener más dinero, más fama, más reconocimiento, más ‘cosas’ de las que realmente necesitamos?
¿Es adquirir una riqueza personal innecesaria, acumulando montones de cosas para ti y para tu exclusivo círculo de amigos privilegiados?
No, no, no. ¡La abundancia es el fuego ardiente en tu corazón! ¡Es el gozo inexplicable que retumba en tu barriga! ¡Es la inexplicable gratitud que se siente al despertar, de que se te haya dado un día más para explorar este loco, precioso y enredado mundo; sin importar la cantidad de dinero que tengas en tu cuenta bancaria, sin importar cuántos títulos cuelguen en tu pared!
Es la inefable dicha de dar sin esperar nada a cambio, de amar sin necesidad, de abrirte a las aventuras que jamás creíste posible; es sentir el miedo y sin embargo, dar el salto a pesar de las advertencias de quienes se hacen llamar ‘normales’. Es una loca zambullida en lo desconocido, la ráfaga de vida que sientes al inhalar, el profundo descanso que sientes al exhalar, la emoción de saber que nada que sea real puede perderse, y nada que se haya perdido era realmente tuyo, para empezar. Es sentirte profundamente vivo, conectado, y en Casa, sin importar las circunstancias, sin importar lo difícil que resulte cada desafío, sin importar ir en contra de todas las probabilidades.
Podrías poseer todas las riquezas terrenales que puedas imaginar, podrías encontrarte en la cima de la escalera del mundo del éxito, y sin embargo, si no estás en sintonía con esta abundancia universal, si no estás en sincronía con el valor de la existencia, si no estás en contacto con lo que realmente eres, si no estás enamorado con la simple sensación de estar vivo, estarás en la más profunda de las pobrezas.
No son las riquezas mundanas las que nos elevan por encima de la pobreza, sino el hecho de despertar a nuestra inmensidad. No es más dinero lo que finalmente necesitamos, sino más Amor, ese Amor universal que da abrigo a todos los seres de todos los mundos con su infinito abrazo. Sí, el dinero ayuda. Aumenta las comodidades mundanas. Y sí, a pesar de lo que algunos puedan decir, no hay nada de malo en querer ganar dinero. ¡Detrás de la intención de hacer dinero podría encontrarse el deseo de aumentar la prosperidad del mundo entero, de elevar a todos y a todo hacia la abundancia! Pero si estamos hablando de la verdadera felicidad, debemos mirar más allá de lo visible… hacia los ojos de la Amada.
Deja que hoy sea el día en que rías más, en el que te diviertas más, en el que llores más, en el que caigas de rodillas en gratitud y simpleza reconociendo la belleza que hay en el paso de las cosas. Porque cuando te vuelves como niño, entras al Reino de los Cielos, y el Reino ya está aquí, disfrazado de un año completamente ordinario, de un día completamente ordinario, de un momento completamente ordinario, esperando a que tus ojos se abran a sus abundantes tesoros.
– Jeff Foster
Miro a mis hijos jugar en el salón y pienso ¿cuándo se preocupan ellos por el pan que han de comer?
Ellos saben que comerán todos los días. Ni siquiera se saben o se dejan de saber abundantes, es algo que ni se cuestionan. Sus padres, son sus dioses y no dudan ni un instante que proveerán de lo necesario. Así que sólo viven, disfrutan, gozan…
Y continuo con mi reflexión pensando, ¿cuándo comenzamos a sentir miedo por si nos falta? ¿Cuándo llega ese temido pensamiento de escasez? Y miro a mi hijo mayor de 14 años y veo que el tampoco tiene miedo a pasar hambre, ni a que le vaya a faltar algo indispensable… y entonces me doy cuenta.
Es cuando nos separamos de nuestros padres que comienza el miedo por conseguir, el miedo por ser válido y capaz de abastecerte por ti mismo.
Si continuo con mi analogía puedo concluir que fue en el momento en el que NOS CREÍMOS SEPARADOS DE DIOS O DE LA MISMA VIDA QUE NOS INVADIÓ EL MIEDO A NO TENER.
Creo que volver a la fuente, volver a casa, reconectar con lo que realmente somos… creo que eso es vivir en la abundancia.
¿Crees que podrías vivir confiando en Dios o en la Vida como viven los niños confiando en sus padres?
«… porque es el placer de Dios daros estas cosas…»
Agradezco que compartas y le des a me gusta 🙂
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Me ha encantado tu reflexión. Muchas gracias M.José por tu forma de decir las cosas para que las sintamos y comprendamos. Que tengas un buen día. Creo que la abundancia está ahí pero vamos tan rápido que la pasamos de largo una y otra vez. Conforme voy superando etapas me sorprendo de que cerca estaba eso que acabo de aprender y que lejos a la vez, como conviviendo en 2 universos paralelos al que no me permito acceder 🙂
¡¡Qué linda comparación!! M. Mar. Dos universos paralelos a los que vamos saltando de uno a otro casi sin conciencia, sin saber ni cómo ni porqué… pronto llegará el día que podamos quedarnos en el que más nos guste a voluntad porque ambos están adentro nuestra.
Gracias por compartir tu reflexión… un abrazo disfrutón y abundante 🙂
Precioso lo de la abundancia. Mi reflexión es que somos más felices estando en paz y en armonía con nuestra familia, la pareja, los amigos.
Las buenas relaciones relaciones familiares y personales a mi me enriquece y crezco en la abundancia, y si el dinero ayuda a mantenerte bién y a subir la autoestima cuando te compras un caprichito, pero una vez que estrenas ese capricho, lo disfrutas pero después no te queda nada más y mantenernos en paz, querernos y amar a los demás y sobre todo las buenas relaciones dejando a un lado las personas que nos hieren o se aprovechan de nuestra bondad, crecemos en abundancia y somos más felices.
Cierto, no, María José? Un saludo y un abrazo.
Pues sí Amalia.
Estar en paz interior es la única abundancia…cuando logramos mantenernos ahí sin que importen las circunstancia el regalo no tienen parangón…
Gracias por compartirte 🙂
Siempre viene muy bien recordar que la abundancia de la Vida, es nuestro derecho de nacimiento. Y es que siempre lo olvido. Otra analogía que escuché de Carmen Paz, es pensar en el aire que respiramos, nunca tememos que nos faltará aire para la próxima inhalación, sabemos que está ahí y simplemente confiamos. Con la Abundancia, deberíamos pensar igual.
Exactamente Marcela… a nadie nos preocupa que se agote el aire que respiramos y mira que somos unos cuantos jajajaja, me había olvidado de esa metáfora de Carmen.
Anhelo vivir así, lo anhelo profundamente… ¡¡volvamos a casa!!
Justo me pilla tu reflexión en un momento de crisis personal, en la que soy consciente que me cuesta vivir en la abundancia. Me cuesta pararme y darme cuenta de lo bien que estoy, de todas las cosas maravillosas que vivo y de lo que aprendo…sin autocríticas ni culpabilidades ni miedo. Ay! Siento pena y frustración porque sé que la clave la tengo yo misma…pero paso a paso, voy en camino, o ¡eso espero!
Para mi, vivir en la abundancia sería estar conectado con el Todo (naturaleza, Dios, yo misma, amigos, familiares, universo…) y vivir el ahora, sin miedo ni anticipación de nada. Sino en consciencia y en gratitud desde el mismo momento en que despertamos al amanecer. Creo que esta mujer es un claro ejemplo:
https://www.youtube.com/watch?v=NqihArBDIC8
¿Qué os parece?
Aprovecho Ma José para decirte que muchas GRACIAS por estar ahí. Cada vez que recibo un correo electrónico tuyo me ilusiona y me hace compañía. Eres parte de mi tribu desperdigada por ahí.
Jo Coral… yo ando por la misma crisis… enfadada por no estar agradeciendo porque sé, además, que es la mejor y más eficaz herramienta… ¿sabes qué? al menos estamos conscientes de nuestro estado, conscientes de que andamos necesitadas de un no se qué que nos dé tranquilidad y conscientes de que eso sólo nos lo podemos dar nosotras mismas…
Me ayuda mucho llorar, anoche mismo lo hice… lloré amargamente por esa herida primal, que me impide sentir lo que soy, lo que somos, UNA CON TODO… después de llorar me puse una peli de medio risa American Cuisin y lo pasé muy bien… esta mañana desperté más en el presente.
Usemos esas pequeñas herramientas que nos hacen volver a incorporarnos, respirar, mirar al cielo y a los nuestros y sonreir.
Gracias a miles a ti por compartir… me gusta leeros.
Me emocinó tu reflexión. Tal vez porque me doy cuenta que he estado poco agradecida. He tenido la experiencia de vivir en abundancia, con la certeza de que esté dónde esté, estaré siempre bien, y todos los aspectos de la vida fluyen, y cada día es una posibilidad de dejarte sorprender gratamente por la vida.
En otros momentos, como ahora, me embarga el miedo, y me pongo en la falsedad de «y si me falta….?». Por estos días estoy enojada con el consumismo navideño, el endeudamiento de las personas, los «amigos»secretos que más bien parecen enemigos. Siento que el mejor regalo, de verdad, es compartir un momento, una comida, juegos, silencios, un cariño. Tengo todo lo que necesito, y lo que llegue faltar, me lo puedo y me lo podré proveer. ¡Gracias por recordármelo! No quiero cachivaches navideños, que en su mayoría terminarán en la basura más temprano que tarde, ni ver a mis amados pre-ocupados por !hacer regalos!…ya no hay disfrute en el regalar.
Gracias por inspirar a que salgamos del rollo mental…..Bendiciones y Dulces y Abundantes Fiestas para tí…
¡Cuánta verdad Elena!
Si visiésemos en la vibración del agradecimiento que poco consumiríamos y si de verdad nos importara hacer un gesto de amor a alguien lo último que haríamos es comprar.
Porque comprar es lo más fácil, lo que menos nos complica emocionalmente… es como quitarnos el mochuelo de encima… nos lo han puesto facil para evitar ese abrazo largo y contenido, esa caricia, ese te quiero que nunca soltamos… ¡ains… que fácil es salir a por el bote de colonia o la bufanda!
Gracias por reflexionar en voz alta con nosotras.
Felices y agradecidas fiestas 🙂