
¿Recuerdas el cuento del Patito Feo?
¿Has tenido alguna vez la sensación de que has nacido en la familia equivocada?
No sería nada extraño si en el fondo de tus entrañas late la mujer salvaje. Es más habitual de lo que crees sentir que eres el patito feo de tu entorno, sentir que eres diferente, sentir que no comprendes a nadie y que nadie te comprende a ti.
El patito feo es un cuento muy triste pero recoge una gran promesa:
¡TU MANADA EXISTE Y PUEDES ENCONTRARLA!
Dice Clarissa Pinkola que a veces a la mujer salvaje la vida le falla desde el principio.
Muchas mujeres son hijas de unos progenitores con los que sienten que no tienen nada que ver y en muchas ocasiones además esos progenitores, durante su infancia, se pasaban el rato con los ojos en blanco sin prestar atención a su hija.
Las niñas que poseen una acusada naturaleza instintiva suelen sufrir en las primeras etapas de su vida. Desde su más tierna infancia se sienten cautivas y domesticadas, se les dice que son tercas y que se portan mal. Su naturaleza salvaje se revela muy pronto. Son niñas muy curiosas y astutas y ponen de manifiesto unas excentricidades que constituyen la base de su creatividad durante todo el resto de su vida.
En muchas ocasiones la niña salvaje consigue ser aplacada, dando lugar a esa niña “buena” y domesticada que aprendemos a ser, no sin esfuerzo, para no morir por falta de amor o atención.
Cuando esto ocurre, la niña empieza a creer que las imágenes negativas que su familia y su cultura le ofrecen de ella son ciertas y el yo básico sufre una importante herida temprana. La niña empieza a creer que es débil, fea, inaceptable y así lo seguirá creyendo en su adultez.
Ahora, las dos niñas viven dentro de ti: la niña buena domesticada y la niña instintiva salvaje y va a depender de la madre que hayas interiorizado para ti misma que destaque una u otra, para que sigas viviendo exiliada de tu verdadera naturaleza o puedas brillar en todo tu esplendor.
La mayoría de las personas que ahora somos adultas hemos recibido de nuestra madre real el legado de la madre interior. Es decir, existe todavía en nuestra psique una doble de nuestra madre que habla, actúa y responde de la misma manera que nuestra madre real en la primera infancia.
Si alguna vez te has sentido así, como el patito feo, ha llegado el momento de dejar de pensar en lo que no te supieron dar en la infancia y examinar tus estructuras maternas para detectar si nuestra madre interior defiende firmemente nuestra naturaleza salvaje o si, por el contrario, necesita desde hace tiempo un ajuste.
Si por otro lado has intentado encajar en un molde y no lo has conseguido, aunque no lo creas, has tenido suerte. Es posible que seas una exiliada, como el patito feo, pero sin saberlo, has protegido tu alma.
Es peor permanecer en un lugar que no nos corresponde en absoluto que estar perdidas durante algún tiempo buscando a tu manada, a aquellas personas afines psíquica y espiritualmente que tanto necesitamos.
Aunque el exilio, esta sensación de estar perdida, tenga aspectos negativos, tu psique salvaje lo puede soportar aumentando tu anhelo de liberar tu verdadera naturaleza e induciéndote a desear una cultura acorde con ella. Esto hace que una persona siga adelante. Hace que una mujer siga buscando, lo cual es muy bueno por que un día aparecerán misteriosamente otras mujeres que llevaban mucho tiempo buscando y proclamarán con entusiasmo que era eso lo que tanto ansiaban encontrar.
Jamás es un error buscar lo que una necesita. Jamás.
Así que ahora tienes dos tareas importantes si sientes que el lugar donde estás no te corresponde, si sientes que eres un patito feo: sanar a tu niña interior herida y dedicar tu energía y tu tiempo a buscar a las personas que te corresponden, encontrar a tu manada.
ENCUENTRA TU MANADA EN ESTE ENCUENTRO QUE TANTO HAS DESEADO (haz clik)
Esta es la promesa que nos hace a todas la psique salvaje. Aunque sólo hayas oído hablar, vislumbrar o soñar con un prodigioso mundo salvaje al que antaño permaneciste, y a pesar de que todavía no lo hayas tocado o sólo lo hayas hecho momentáneamente, su recuerdo es un faro que te guía hacia el lugar que te corresponde.

Y sigue diciendo Clarissa:
" Es interesante señalar que por muy enferma que se esté, por muy acorralada que se encuentre y por muy sola, asustada o debilitada que se sienta, una loba siempre sigue adelante.
Se acercará a las demás en busca de la protección de la manada. Intentará por todos los medios resistir, derrotar con su ingenio, dejar atrás y sobrevivir a cualquier cosa que le esté acosando. Pondrá todo su empeño en ir respirando poco a poco. En caso necesario se arrastrará como el patito feo de un sitio a otro hasta que encuentra un buen lugar, un lugar donde recuperarse"
ESE LUGAR CURATIVO
ES EL QUE TENGO PREPARADO PARA TI
31, 1 y 2 DE JUNIO
Las cuevas de la luz
Bácor (Granada)
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