Pues si. Soy una pesada porque insisto en que todo lo que hay fuera está dentro.. Es una ley cuántica que tenemos que integrar de una vez o poco a poco. Tu eliges.
Después de ver como hemos pasado la última semana hablando sobre violencia hacia las mujeres y de nuevo, un año más hemos leído cientos de slogan clamando eso de
«Nos queremos vivas»
«Ni una más»
«No al machismo»
«No a la violencia machista»
y cientos y cientos de frases parecidas, puedo observar que seguimos creyendo que la violencia y el machismo lo ejercen los otros, los demás…
Todos y todas nos manifestamos desde el lado bueno del logaritmo y el verdugo siempre está al otro lado.
Es por eso que año tras año seguimos igual.
Y no digo yo que no haya que visibilizar, si, claro que si, es una de las tareas pero es que hacer sólo eso ¡¡NO SIRVE PARA NADA!!
Y es cansino, muy cansino llevar décadas luchando con un monstruo que parece inalcanzable, inabatible… y lo es porque no estamos mirando donde realmente está.
Lo es porque disparamos al espejo que lo refleja y no al monstruo real.
Y voy a ser muy dura ahora.
El monstruo soy yo. El monstruo eres tu.
Es desagradable, lo sé, pero es hora de afrontar la verdad para que esto pueda cambiar de casilla.
Seguro que has oído hablar de las sesiones de alcohólicos anónimos.
¿Cual es el primer e indispensable paso que hay que dar para comenzar a salir del problema?
¿No lo sabes?
El primer paso siempre es reconocer que tienes el problema, que eres alcohólica. Si no reconoces que bebes ¿cómo narices vas a cambiarlo?
No, no he bebido, no se me ha ido la pinza. Te lo explico enseguida.
Si no reconocemos cada uno de nosotros, cada una de nosotras, que somos machistas, ¿cómo vamos a terminar con esto?
HAZTE CARGO es el eslogan que más me ha cautivado en esta ocasión. El más sincero. El más efectivo. El más real.
Viene de las manos del escritor argentino Hernan Casciari.
Durante la infancia mi madre mandaba a mi hermana a hacer los mandados al almacén, nunca me mandaba a mí. Yo empecé a ir al almacén a los trece años por propia voluntad.
Una vez mi padre se tuvo que cocinar él mismo porque mi madre no estaba. Mi abuela se enteró y le hizo un escándalo a su nuera: «¿Cómo es posible, mujer? ¡Él es el hombre de la casa!».
Entre los nueve y los catorce años escondí de mi padre las poesías que escribía para que no me creyera femenino. Entre los seis y los quince años jugué a deportes de fuerza para demostrar masculinidad.
Mi padre nunca nos hizo el almuerzo o la cena. Nunca barrió la casa ni cosió una sola ropa. Ninguna mujer de la casa se lo habría permitido.
En la adolescencia algunas amigas señalaron en mí actitudes machistas que yo no podía reconocer o me negaba a aceptar. Me quedaba sentado en la mesa, mientras ellas quitaban la mesa y fregaban los platos.
Hasta el final del siglo veinte (es decir, hasta mis treinta años), creí que machismo y feminismo eran dos extremos y me burlé de ambos como quien se burla de los vegetarianos.
Al inicio de este siglo fui padre. En la crianza de mi hija practiqué la ironía seudo progre de decir (frente a ella) ‘maricón, ‘puta, y otro montón de tópicos que creía inofensivos.
También debatí sin argumento en sobremesas acaloradas y salieron de mi boca dos frases infames: «No todos los hombres somos así» y «Estoy en contra de todo tipo de violencia».
Entre los treinta y los cuarenta años escribí más de quinientos textos cortos en internet. Hay por lo menos veinte que tienen alguna frase machista o alguna idea retrógrada que hoy me avergüenza leer.
A los cuarenta y tres años me pregunté por primera vez qué debía hacer con esos textos. ¿Borrarlos, modificarlos o dejarlos tal cual? Elegí mantenerlos; hacerme cargo del que fui para ser menos imbécil en adelante.
Todavía tengo en la cabeza frases en reparación. Lo descubro cuando personas más jóvenes me alertan: «¿Qué te parece que dos mochileras que van juntas ‘viajen solas’?». No es fácil soltar los lastres.
Pero también empiezo a percibir yo mismo las alarmas. Descubro solito símbolos mal puestos y barbaridades en los medios. Empiezo a sentir el placer de mis propias cáscaras cayendo.
Soy un hombre heterosexual de 45 años. Me cuesta mucho, cada vez que lloro, no decir “parezco una niña” o “me puse nenaza”, “los hombres no lloran”. Son muchos años de ser un imbécil que se creía gracioso. Pero me esfuerzo porque entendí.
No voy a poner el avatar rosa en mi wasap. No voy a usar el hashtag ni voy a hacerme el divertido. Mi único hashtag sincero es #MeHagoCargo.
Solamente vengo a decir que soy culpable y que fui parte del problema.
Trato todos los días de estar atento a los símbolos y a los tópicos. Ya no uso los ‘pero’ ni hago chistes de falso progresismo. Me ejercito para dar la talla incluso en lo dialéctico, que es donde más me cuesta.
Hoy es 27 de noviembre. Soy casi un viejo y viví por todos lados. Y quiero decir que jamás había visto a un grupo humano acorralar un problema arraigado con tanta fuerza, pasión y creatividad.
Esta lucha es, sin dudas, lo más revolucionario que le pasó al país en décadas. Un día vamos a mirar para atrás y nos parecerá increíble que nosotros, los hombres hayamos tardado tanto en reaccionar.
Nuestros nietos, queridas mujeres, van a estar muy orgullosos de vosotras.
Hasta que cada uno y cada una de nosotras no nos hagamos cargo de cada uno de los actos machistas que perpetúan y hacen crecer al monstruo del patriarcado que entiende que las mujeres no son humanas, sino alguna otra cosa de menor rango, hasta que no nos hagamos responsables de todo ello seguiremos disparando al espejo y el monstruo seguirá vivo y habitará entre nosotros.
Sé que es difícil asumirse machista, lo sé muy bien. Se hace necesario un buen examen de conciencia y aún así nos pasarán muchas actitudes desapercibidas porque hemos normalizado el machismo en nuestras vidas… el monstruo, en muchas ocasiones, es casi invisible.
Hoy quiero dejarte en el post una especie de check list para que puedas comprobar si tienes actitudes machistas o no.
ERES MACHISTA:
- si cuando hablas lo haces siempre en masculino y no incluyes el femenino (aunque tus interlocutoras sean sólo mujeres)
- cuando haces dietas para adelgazar porque no aceptas tu cuerpo
- cuando te pones faja para ocultar tu vientre femenino
- cuando usas wonderbra o medias que realzan las nalgas
- cuando se hace obligado estar guapa: te maquillas, te depilas… pero sin pasarte vayas a parecer una cualquiera
- cuando tienes que ir a bodas y comuniones con esos zapatos que te torturan
- cuando te pierdes un día de piscina por que no te has depilado
- cuando tu vulva de mujer adulta tiene que parecer una vulva de niña y la depilas por completo o casi
- cuando haces el amor con tu pareja sin tener ganas… es lo que toca
- cuando finjes el orgasmo en una relación sexual
- cuando no respetas tu vagina y dejas que los hombres se descarguen en ella
- cuando piensas que nuestra sangre menstrual es un engorro, un trastorno y crees que tiene que doler
- cuando usas tampones para que no se note
- cuando aceptas la píldora como método anticonceptivo
- cuando embarazadas preferimos un sexo sobre otro. (Sí hasta esto… porque ya hemos emitido un juicio de valor sobre comos son ellas o ellos)
- cuando ves normal que el gine meta sus dedos en tu vagina cuando estas de parto
- cuando regalas ropita rosa a las niñas y azul a los niños… si si, seguimos haciéndolo cuando son recién nacidos
- cuando crees que con la menopausia se terminó la fiesta
- cuando dices, los niños no lloran o eres un machote o pareces una niña
- cuando dices a las niñas qué guapa estás o le pones vestidito para ir al parque
- cuando crees que él no hace bien las cosas de casa: camas, fregar, lavadoras, planchar
- cuando los regalos de navidad que haces mantienen los estereotipos
- cuando juzgas a otra mujer
- cuando haces chistes de sexo que denigran a la mujer o te ríes cuando te los cuentan
- cuando la gracia del banquete de boda es hacer que la novia se coma un plátano
Te aseguro que podría seguir casi hasta el infinito… y me he dejado las más obvias por que he imaginado que esas ya las controlas.
Creo que tenemos trabajo por delante.
Creo que es el momento de hacernos cargo y de dejar de apuntar con el dedo a nadie.
El monstruo nos ha calado hasta los huesos y el primer paso es reconocerlo.
Si te has podido reconocer en algunos de estos pocos items por favor, da el primer paso y en los comentarios haz como yo… hola soy Mª José y soy machista…
No me dejes sola.
- ¿Quieres que te diga cómo celebrar Beltane? - 2 mayo, 2022
- En medio de la oscuridad…la luz - 21 diciembre, 2021
- Hola, soy Mª José y soy machista - 25 noviembre, 2021
Hola, soy Loles y soy machista
Gracias Loles 🙂
Pues si, yo me digo que soy aprendiz de feminista, porque aunque mentalmente reconozco el machismo (aunque no siempre) y lo aborrezco, tengo tantas machismos integrados en mi, tantas cosas que cambiar que me cuesta llamarme feminista porque al final, yo también soy parte del problema.
Tanto trabajo por hacer!
Gracias Raquel… es hermoso poner conciencia… seguimos avanzando.
REFLEXION MUY SABIA !!!!CLARO QUE TIENES MUCHA RAZON !!!
SI QUE LO SOY!!! Y NI SIQUIERA HE SIDO CAPAZ DE PERCATARME SIN AYUDA, DE CUANTO HAY EN MI DE ESTA CONDUCTA NOCIVA
LO LLEVAMOS TAN ADENTRO Y ESTA TAN INCORPORADO QUE NO LO VEMOS ,ES INCREIBLE !!!
Y ESO QUE CONSIDERABA ESTAR ATENTA
TENGO UN HIJO ADOLESCENTE Y PERMANENTEMENTE RECTIFICO CON AMOR SUS PROPIAS INCLINACIONES APRENDIDAS DE VER EL COMPORTAMIENTO DE QUIEN LAS TIENE INSTALADAS Y ES SU EJEMPLO INMEDIATO (POR DEMAS Y EXCEPTUANDO ESTA SITUACION PUNTUAL ,UN MAGNIFICO EJEMPLO EN TODOS LOS ORDENES )
DE LO QUE UNO NO SE DA CUENTA ,ES DE LO RESPONSABLE QUE SOMOS
Así es Eperanza… nuestros hijos son nuestros grandes espejos… como lo es la televisión y sus anuncios y tantas otras cosas. El cambio es nuestro por que no hay legitimidad para pedir a otro que cambie si nosotras no lo hacemos 🙂
Gracias por compartir. Lo vamos a conseguir.
Abrazos
Hola!soy Raquel y soy machista.
Hola Raquel. Gracias 🙂
Hola, me llamo María y soy machista.
Hola María. Gracias 🙂
Hola, soy Sabrina y soy machista. Me hago cargo. Hace rato que peleo día a día contra estas actitudes que, bien dices, nos han calado hasta los huesos.
A veces me resulta difícil. A pesar de que fui criada en un entorno menos machista de lo habitual (en casa mis hermanos varones y yo teníamos las mismas tareas a la hora de ayudar), había micromachismos escondidos (y a veces no tanto) en cadas mensaje.
Mi mayor lucha es para lograr hacerlo diferente con mis hijos. Espero lograrlo.
Un abrazo y gracias por compartir tus palabras.
Gracias a ti también por compartirte.
Cada día más despiertas, más amorosas, más conscientes… ¡¡lo conseguiremos!!
Hola, soy Begonia y soy machista
Hola Bego… Gracias 🙂
Hola soy Gema y soy machista! Y lo peor de todo es que ni lo sabía…y me he reconocido en tantas cosas de tu lista!
Poniendo conciencia, gracias!!!
Gracias Gema. Muchas gracias
hola, Soy Cristina y soy machista. Tristemente.
Me hago cargo.
Gracias Cristina 🙂
Hola soy Nilsa, soy machista y me hago cargo . Gracias Maria José.
Gracias Nilsa.. besos
No te dejo sola… si te considero súper buena compañía. Lo compartí.
Qué bueno sería sentarnos a conversar <3
Un gran abrazo!!
Sería buenísimos y mientras se da 🙂 que bueno que tengamos tecnología para contactar.
Beso grande
Hola,soy Noe, y aunque en muchos aspectos he mejorado,sigo siendo machista
Hola Noe.
Gracias.
Si, paso a paso, nos vamos haciendo más conscientes.
Hola, soy TERESA Y SOY MACHISTA!
Gracias Teresa!!!
Besazos